Este vino fortificado nace de una fermentación de Pedro Giménez meticulosamente interrumpida con alcohol vínico de nuestra propia destilería, alcanzando una graduación alcohólica de 18º y 80 grs de azúcar residual. Madurado por más de tres años en barricas de roble americano, fusionando la tradición europea con la innovación del nuevo mundo. Cada sorbo revela una herencia refinada, evocando los prestigiosos vinos de Jerez y Oporto con carácter Andino.

De color ámbar dorado, tonos límpidos, luminosos y cálidos. En nariz se destacan aromas que remiten a membrillo, tilo, miel y frutos secos que se combinan sutilmente con la delicadeza aportada por su prolongado paso por roble roble americano, notas a café, chocolate, coco, vainilla y almendras. En boca es untuoso y dulce, con acidez equilibrada y un final agradable y de gran persistencia.

36 meses en Roble Americano

Entre 10º C y 18º C.